CORRECCIÓN Y EDICIÓN DE TEXTOS
Corregir, ¿y eso qué es?
Amo el lenguaje. Me importa transmitir en lo que escribo lo que el cliente necesita, pero me importa tanto o más hacerlo correctamente. Puede que mi manera de explicar lo que hago resulte poco protocolaria, pero soy estricta en el uso del castellano.
Mi amigos me llaman «la policía de la ortografía»: creo que con eso lo resumo todo.
Corregir va mucho más allá de la ortografía. También es la puntuación. Y la sintaxis. Es importante cuidar cada palabra: el orden en una frase y la elección de los términos hace que se nos perciba de una manera o de otra. Lo que escribimos en nuestra web forma parte de nuestra imagen.
No todo el mundo es consciente de lo importantes que son unos textos impecables. ¿Por qué queremos que los textos de nuestra web estén perfectamente redactados? Veamos.
Para vender mejor nuestra marca
Unos textos bien escritos hablan bien de ti. Y unos textos plagados de errores van a ofrecer tu peor imagen.
Un boletín de correo electrónico (o, empleando el tedioso anglicismo, newsletter) lo van a recibir todos tus clientes y, quizá, todos tus proveedores. ¿De verdad te da lo mismo que dicho boletín esté redactado de la peor manera? ¿Y qué me dices de una carta comercial? ¿Crees que da igual cómo esté escrita? Seguro que no.
No todos tenemos por qué saber de ortografía o de sintaxis, pero cuando se trata de difundir nuestra marca, todos necesitamos ofrecer nuestra mejor versión.
Porque, por muy bien que se escriba, cuatro ojos ven más que dos
A algunos de mis clientes no les quedaba claro que eso de corregir fuera importante: «Total, si la web/la memoria de la empresa/la carta comercial me la ha escrito uno que estudió Filología». Pues bien: te voy a contar un secreto.
Llevo casi 30 años redactando y más de 20 corrigiendo los textos de otros. De periodistas, concretamente. De gente de la que nadie pensaría que puede cometer errores ortográficos o sintácticos, ¿verdad?
En las redacciones de los medios que cuidan sus textos está presente la figura del corrector. Es esa persona que vigila que todo esté correcto en forma y fondo. Porque se nos puede escapar una tilde, pero también podemos ser inexactos con un dato. Corregir es mucho más que poner comas: es vigilar que lo que sale al exterior sea preciso. Y precioso.
¡A mí también me corrigen!
Te voy a contar otro secreto: los textos que escribo para distintos medios los corrige otro. ¡Pero qué locura, una periodista que además es correctora y tiene a su vez un corrector!
¿Sabes por qué? Porque soy incapaz de detectar errores desde dentro. Para corregir es imprescindible no conocer el texto de antemano. Si no, los ojos pasarán por lo escrito sin mirar con atención.
Y sí, cuatro ojos ven más que dos. Un texto corregido aporta calidad. Mejora lo escrito. Un texto mal escrito equivale a un texto de mala calidad. Si los escritores de prestigio necesitan correctores, ¿no crees que todos deberíamos aplicarnos esa máxima?
Porque quieres que te comprendan
A veces, una simple falta de ortografía o una imprecisión en la sintaxis pueden convertir tu párrafo en algo incomprensible. O lo que es peor: con un sentido completamente distinto al que buscabas.
Un detalle más: en el mundo de la web 2.0 estamos expuestos a las miradas de todos. Si conoces las redes sociales, sabrás la cantidad de comentarios que pueden llegar a verterse a raíz de una falta de ortografía o de una errata. Pues bien: no lo permitas en tu empresa.
Para ajustar el estilo a tu público
No voy a abundar en lo que es la corrección de estilo, porque no quiero aburrir a las ovejas. Pero ¿a que no escribirías igual para un neurocirujano que para un político? ¿A que no escribirías igual para tu pareja que para un cliente?
Pues en esto también es importante la corrección. Con cualquier documento que necesite salir a la luz pública se ha de tener presente el público al que nos estamos dirigiendo.